Gratitud


El día de ayer una persona me compartió que todos los días a las 6am se conectaba por video conferencia al servicio de oración de una iglesia. Algo que llamó poderosamente mi atención de esta charla fue que la gran parte del tiempo, estuvo centrada en tragedias: Que hay mucha gente sin empleo, muchos enfermos, mucha necesidad etc. También noté que toda esta información hacía que la persona estuviese angustiada y pidiendo a Dios todo el día, inclusive me dijo que oraba hasta dormida. Añadió: "Es un clamor constante a Dios para que nos ayude."

Después de escucharle, solo atiné a preguntarle una cosa: ¿Existe algo por lo que te sientas profundamente agradecido?...

A través de nuestros sentidos, recibimos la información del exterior, de aquí la procesamos a través de diversos “filtros” que son: nuestros paradigmas, creencias, miedos, traumas, fobias, sentimientos etc. entonces definimos la percepción de nuestra vida.

Ahora bien, si yo quiero tener un cuerpo delgado, ¿cómo debe ser mi alimentación? ¿A base de pizzas, hamburguesas etc.? No necesito ser un experto en nutrición para saber que si yo tomo como mi base alimenticia este tipo de “comida” tengo garantizado que jamás lograré lucir un cuerpo delgado. De la misma manera, si yo quiero experimentar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, ser alguien de mentalidad positiva y feliz, en primer lugar es indispensable observar ¿Qué tipo de información estoy consumiendo?

Según Cicerón, “la gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás.”

¿Sabías que la gratitud literalmente transforma tu cerebro? la gratitud tiene el poder de crear un estado mental más positivo y feliz. Cultivar la gratitud tiene muchas recompensas según los científicos:

• Disminución de la presión arterial y un sistema inmunológico más fuerte

• Mayor optimismo, felicidad y resiliencia

• Emociones más positivas y relaciones mejoradas

• Dormir mejor

• Sentirse menos solo o aislado

• Una mayor capacidad para ser generoso y compasivo.

Yo tengo el poder de decidir cómo me quiero sentir. Escuchando las tragedias del mundo ¿cómo me hace sentir? ¿Ansioso? ¿Temeroso? etc. ¿Así es como quiero vivir?

¿Qué tal esto? Por cada mala noticia que escuche, pensaré en algo por lo que estoy agradecido. Esto me ayudará a enfocarme en lo que tengo y no en lo que me podría pasar.

Para concluir, quiero añadir algo: ¿Acaso esto se le salió de control a Dios? ¿Porque mejor no agradezco que lo que me ocurre también está en Dios?

Hoy acepto cualquier cosa que contenga el momento presente como si yo lo hubiese escogido.

Porque la gratitud nos hace más felices según la neurociencia 

 

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